lunes, 29 de julio de 2013

Victorias cotidianas, como mantenerse despierto por alguien a quien quieres.

A veces no tenemos ganas de nada.
A veces solo nos gustaría estar en silencio, maravilloso silencio.
Poder quedarse ahí, debajo de las sabanas, como si nada malo pudiese pasar alli dentro, como si al no levantarnos no fuese un nuevo dia o no pudiese torcerse.
Pero al final el peso del mundo siempre tira de ti y te obliga a levantarte.
Y estas aterrorizada porque comienza un nuevo día y a ti algo te está diciendo que no será un buen dia.
Pero a pesar de las pocas ganas, de lo feliz y a gusto que te sientes en la cama y de que sientas el peso del pie izquierdo mil veces mayor.
Te levantas y te lavas la cara, por si aun no te habías terminado de despertar y te enfrentas al mundo.
Y con una sonrisa.
Y te vuelves fuerte mil veces al día y te das cuenta de que una vez mas has sabido salir a delante y que quizás haya sido un dia de mierda pero tu has tenido las pelotas de levantarte y enfrentarte a el.

Sigue luchando por esas pequeñas batallas pérdidas de antemano.

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