lunes, 4 de agosto de 2014

Se quien creas, por siempre

Una vez le escuche decir
"si la vida me deja, la llenare de arte"
sin ser consciente de que para eso solo debe mirarse a un espejo.



Bailaba a pasos agigantados en un campo lleno de mariposas.
Solía tener la certeza de que nadie le miraba,
la creencia de que nadie sabría nunca quien era.

Tenia la melancolia del que lleva toda la vida pensando
en lo mismo
una
y otra
y otra 
vez.

La mirada perdida en el espacio
que recorria de estrella en estrella
sin siquiera tener que mirar al cielo
porque desde que nació
le colocaron una flor en el culo.

Había días que se creía la reina de los mares
y lo era.
Surcando la barra de un bar
entre hielo y hielo.

Llevaba la musica tatuada en las venas
a ritmo de Sabina
y las letras tintadas
de algún autor desconocido.

Quizás la reconozcáis por la calle 
dando saltos de alegria
subiendose a las farolas
rezando a dioses poco convencionales
y convenciendose a si misma de que esa
sera su noche.

Aunque suyas,
si se lo propusiese,
serian todas.

Puede que la hayáis escuchado cantar algo desafinado
entre las cuerdas de una guitarra rota
o manoseando algún piano.

Puede que solo sepa hacer ruido
aunque no la importe
y puede
que si quisiéramos
ella
seriamos todas.

La hemos visto cortar las flores que crecen en el asfalto
apelando a la crueldad del que necesita que cada cosa este en su sitio
y volar entre andenes al mas puro romanticismo francés
que llega siempre tarde a su ultima parada.

Cuando ya, no queda nadie.

Y hemos esperado ser un poco ella todos los días de nuestra vida.

Ser esa tipa que reniega del mundo en el que vive,
que tiene la fuerza de crear su propia historia
sin importarle el que dirán
o quien quedara cuando acabe con este mundo de mierda.
Por que el que se quede,
será,
quien merezca la pena.

Por que mas vale pájaro volando
que una jaula de oro.

No se si lo entiendes,

No se si entiendes que ella eres tu,
que soy yo,
que ella es cualquiera capaz
de poner los cojones sobre la mesa
y decir
que le corten la cabeza
a todos aquellos que no la sepan usar.

A todos los que no sepan soñar.

A todos aquellos que un día se dejaron las alas en mitad del camino.



viernes, 1 de agosto de 2014

Ante el peligro, tu.

Querías ser el rey del mundo ya solo con cinco años
y jamás he visto a nadie que se te ponga por delante.

Tenias solo una peonza y la cabeza llena de ilusiones.

Me decias que mi sueño era enamorarme de un poeta
que jamás me usase de musa,
que el día que alguien ordenase mis pensamientos se perdería en ellos,
que ojalá nadie tuviese el valor
o la desfachatez de hacerlo.

Una vez me regalaste un avión de papel
y me gritaste por no querer echarlo a volar,
me dijiste que en esta vida cada cosa tiene su deber
y que no había que ser egoísta.

Que quien bien te quiere no te hará llorar, ni reír,
que quien bien me quisiese me dejaría ser, siempre, yo misma.

Y yo jamás me atrevi a llevarte la contraria,
nunca,
en nada.

Por eso de que nadie se te ponía por delante.

Yo solo sabia ser una chica que ansiaba correr campo a traves,
rodeada de girasoles
y solo dijiste que si alguna vez entrase en uno
todas las flores se voltearían a mirarme,
por eso de que brillaba con luz propia.

Y entonces ya solo hubo un silencio.

Un silencio que nos dejaba rellenar las horas a nuestro antojo,
así que volcamos todas nuestras ilusiones en un solo segundo
que se tradujo en una vida de secretos
para el resto.

Porque nadie entendia
como dos personas podían quererse tanto 
de un modo tan sencillo
como nosotros.

Nos envidiaban
al igual que yo te envidie desde los cinco años.

Y un día se me ocurrió ponerme delante.

Un abril,
yo,
me puse delante tuyo.

Y entonces si,
ese día si que se giraron todos los puñeteros girasoles.