Hay una mujer en la playa y una interminable fila de personas esperando a comprar un helado.
El sol brilla dando un color dorado a la arena.
Se escuchan las gaviotas y de fondo un grupo joven y desconocido toca en un bar.
La gente pasea y sonrie, el aire fresco alborota mi pelo y me hace sentir un poquito más libre.
Un hombre mayor lleva a su nieto hacia la orilla y los niños hacen castillos de arena.
Una muchacha corre tras su gorro y hombre extiende su toalla.
De respira esa calma de verano, es tranquilidad que tienes al no tener que hacer nada.
Podria acostumbrarme a esto. O quizás no.
Una oportunidad perdida de antemano es como un beso inesperado, una canción en la radio local de una ciudad que no es ta tuya. El frenesí y el impacto de una vida que jamás seremos capaces de controlar. Gracias, de antemano.
domingo, 28 de julio de 2013
Norte
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