domingo, 1 de septiembre de 2013

Septiembre infinito

Una vez mas termina el verano, el sol, las largas horas muertas, la lectura ligera, los botellines helados de cerveza, el pincho de tortilla,  los calamares de chiringuito. Se acaba lo bueno dicen.
Yo siempre preferi septiembre, esa sensación de que todo vuelve a tomar el ritmo correcto, el frenesí, la vuelta a un mundo que, aun en septiembre creemos que puede ser mejor.
Una vez mas me encuentro adorando cosas que, creo que nadie mas soporta.
Adoro esa ultima quincena de calor,  cuando las tiendas se llenan de chaquetas de punto y botas altas, cuando el marron invade el paisaje y las hojas de los árboles caen como presagiando que pronto llegara el frio invierno.
Es el momento en que descubrimos cuan débiles son los amores de verano y nos juramos una vez mas, en vano claro, que al año siguiente sera distinto, que no volveremos a tropezar sobre esa piedra de ojos calidos.
Ilusos.
Pero tambien es el momento de los reencuentros, cuando pasan tres meses y vuelves a ver esos otros ojos que te hacen olvidar medio verano.
Porque ese es septiembre en todo su esplendor, dejando que todo siga su curso, dandonos la oportunidad de elegir porque luchar.
Es el mes de la esperanza, cuando todo nos parece posible, de los buenos propósitos, de abrazos de reencuentro.
Cuando el frio llega para dejarnos helados y pedir calor en brazos de aquel que nos estaba esperando.

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