lunes, 30 de septiembre de 2013

No existe lo insignificante

Helado de dulce de leche.
Café con hielo.
Gotitas de lluvia contra el crital.
Jerséis de punto.
Besos de buenos dias.
Miradas de deseo.
Risas de tarde,
o de cualquier hora.
Amigos.
Llegar cinco minutos antes.
Sentarte en el césped.
Mirar las estrellas.
El chocolate negro.
...
Cosas que nos hacen sentir bien.
De esas que te sacan una sonrisa.

A veces es tan fácil como comer un helado o tan complicado como intentar ver las estrellas desde esta maldita ciudad.
¿Quien no daria algo por un respiro?

Ver el mar.
Descalzarse.
Andar por la arena.
Mojarte los pies.
Sonreír.

Desde Madrid no se puede. No hay estrellas ni mar. Sera esto un amor irracional.

Sera quizá conformismo o mero cansancio.

Porque no abrir la caja de los recuerdos y sacar cualquier tiket de compra que nos dibuje una sonrisa y salir a delante.
Una vez más.
Que ya caímos demasiadas veces.

Busco razones, coherentes, a veces.

Me doy contra un muro imaginario y me echo a reir.

¿Dónde ha quedado el sentido común?

¿Y las ganas de seguir luchando?

Sobre esas nubes que no nos dejan ver las estrellas. Creo.

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