martes, 1 de octubre de 2013

Soy realista, pero espero que la vida me sorprenda

Los perdones no se compran.

No hay precio para una sonrisa.

Ni calor calculable para un abrazo.

No hay medida para el cariño.

No vale eso del uno al diez.

No existen mitades.

No hay tiempo suficiente para estar seguro de nada en esta vida.

Que mierda ¿no?

No poder tomar la calculadora y descifrar que se siente o que sucede.

Aun asi nada nos sorprende ya, estamos tan acostumbrados a todo que permanecemos impasibles ante una sociedad que nos llena de estímulos que no somos capaces de ver.

¿Sabes? Dos palmos mas alla de tus narices hay un mundo y no, ya no estas en tu zona de confort, pero eso no significa que sea malo.

Significa que hay que echarle coraje.

Nunca es fácil pero puede ser bonito.

La vida es un montón de momentos, dias buenos y dias malos, nadie te asegura que pensaras al final del dia pero siempre es necesario seguir adelante.

Tener amigos que te acompañen de esos que ya no se asutan con nada.

Y ojala jamas dejemos de sorprendernos y de ser como unos niños.

Ver mas alla es fácil, lo dificil es apostar por ello.

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