jueves, 30 de abril de 2015

Veintidós

Existen doscientas formas de hacer feliz a alguien,
permanecer a su lado, creo,
que es la  más bonita de todas ellas.



Hoy me gustaría hablaros de la risa de María, de lo que es ser una amiga y de lo feliz que nos hace sentir a todos los que estamos a su alrededor. Del color de sus ojos, de sus manos.

Me gustaría explicaros como se siente uno después de que arrase con todo. Después de que te dé su opinión. Después del último hachazo, que siempre es el primer rayo de luz a cualquier nube.

Deciros también que, aunque no se lo llame, es un destornillador. Una red. Un precipicio. Un soporte. Un pilar. El gigante. Y que no es consciente de las vueltas al mundo que daríamos, cualquiera, para salvarla. Para hacer que suelte la última lagrima, que siempre es el inicio de toda sonrisa.

Me gusta decirle que si no la conocen es normal que no la quieran. Pero si se me permite ser egoísta, no quiero que ninguno sepáis como es en verdad. No quiero que descubráis que es la mujer más fuerte del mundo. Que es capaz de luchar contra un molino por aquello que cree. Que es capaz de romper cualquier muro por alguien a quien quiere. Y que jamás dejaré de admirarla por ello.

¿Sabéis esa clase de mujeres que puedes encontrar leyendo un libro en el metro? Pues cualquiera puede ser ella. O eso quiero que penséis, que creáis que alguien puede parecérsele y os conforméis. 

No se deciros de una forma sencilla,
que no sois ni la mitad de afortunados que yo.
Por que yo, la tengo a ella.

Y no sé si es posible que encuentre a alguien que me entienda mejor, pero que teniendo una amiga así quien necesita buscar más. Que ella lo sabe, no necesita que yo le recuerde nada de esto. Pero solo quería deciros que soy feliz. Que yo soy quien soy gracias a ella. Que a veces me pregunta de donde saco mi fuerza como si realmente no lo supiese. Incluso se que se haría la sorprendida si le dijese que es culpa suya.

Si, tuya.

De tu incondicionalidad.

Que a veces si juntas dos tréboles te sale uno de cuatro hojas.
***
Que vales las vueltas al punto que hagan falta.
***
Que siempre se quedo corto.
***
Que felicidades.
***
Que siempre dices que yo soy de gente y tu de personas,
pero que tú eres mi persona.


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