sábado, 25 de enero de 2014

Intentando ordenar mis cosas se me han desordenado los recuerdos.

Un octubre se ha asomado por un sobre y ha dejado caer dos rosas secas.
Yo estaba buscando la manera lógica de colocar unas fotos cuando me he dado cuenta de que por fechas no era la mejor manera de reorganizar mis recuerdos.
Y he querido imaginar finales alternativos para aquel octubre de hace ya, como, un par de años.
O puede que algo más, - sonrío - mira para eso no tengo memoria.
Seguro que tengo la fecha exacta escrita en el reverso; pero si no he tenido el valor de mirar las fotos, menos de ponerle un orden.
Pero al cerrar la caja yo tenia la misma sonrisa que el día que me hice las fotos.
La misma.
Y de veras, jamás creí que eso fuese posible.
Creo que en ese sobre esta guardado uno de los últimos momentos de felicidad con alguien.
De los de verdad al menos.
Antes de que todo se desmoronase.

Supongo que no hay manera delicada  de decir que soy feliz así.

Que no hay espinas,

que a veces cuando te marchas,

te prometen que volverán,

te dicen que han pensado mil veces en hacerlo,

pero tu nunca lo has visto.


O quizás no haya sido suficiente.


Y, ojo.

Que no te parezca suficiente tampoco es malo.
Hay fantasmas que se materializan a una velocidad de vértigo en mitad de una semana y no avisan. No te dicen que están de vuelta.

Pero con el tiempo les perdemos el miedo, el cariño, el respeto o lo que sea que nos hace mirar al suelo siempre que aparecen cruzando un paso de cebra.
 
En uno de esos estaba yo mientras imaginaba el mayor numero de finales alternativos posibles.

Pero, es que me he dado cuenta de que todos eran mas bonitos que este.


Pero ninguno me convencía lo suficiente.

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