domingo, 22 de diciembre de 2013

Cambio de aires, que hace frío

Ya una vez cambiaste tu botella de Vodka por una de Ron.

Y quizás ahora debas cambiar el vaso de tubo por una copa de balón,
que si sigues mirando el fondo del mismo vaso,
lo veras todo igual de negro.

Que tienes la misma cara que yo,
el día que me di cuenta de que para dejar huella
había que pisar primero.

Es domingo, lo sé,
no se nota.

No importa.

Hemos sabido ser grandes todos los días de la semana.

Y se que no te asomaras a la ventana esta tarde,
porque ya nadie que te interese pasa por allí

Y que si tuvieses un lugar al que llamar hogar estarías igual de perdida,
que tu nunca has sabido atarte a ningún sitio.

Pero todos merecemos ser felices aunque solo sea porque estamos casi en navidad
y los centros de las grandes ciudades se llenan de luces
y la gente se reune
y se ríe por cosas que quizás en verano no tendrían tanta gracia.
Y todos nos creemos un poquito mejores.

El dia que me di cuenta de lo grande que era el mundo,
se me revolvió el estomago,
me entró una sensación de vértigo que aún hoy no soy capaz de superar.
Pero eso no me quitó nunca la ganas de recorrerlo.

Creo a ti te pasa un poco lo mismo.
Te viene grande.
Pero sigues deseándolo con la misma fuerza.

Estas aterrada, te mata de idea de hacerte vieja sin haber sido nunca realmente joven
Pero, ¿sabes? el tiempo es elástico.
Algunas veces no sabe como ir hacia delante y de repente pasa de un plumazo media vida.

Así que deja los bares.
Levantate una mañana con una sonrisa y sal a comprar un libro,
o escucha un buen grupo de música,
tomate un café
o un zumo,
y déjate empapar por las personas.

Que desde hace ya algún tiempo sabemos diferenciar entre gente y personas.

Y vuelve a asomarte por la ventana.
Abrela, aunque tengas abierta la puerta.

No eres pequeñita.
Lo sabes.






No hay comentarios:

Publicar un comentario