viernes, 21 de marzo de 2014

Un bar llamado media noche

No te voy a engañar, aquí nadie viene a pasárselo bien.

La barra de este bar es la que llora, por todos los malditos que vienen a contar sus penas sobre ella. Esta es la esquina más oscura de todo el bar, es el cuarto de los ratones con el que nos asustaban de pequeños. El único sitio donde, ahora que somos mayores, nos sentimos a gusto. 

He visto a hombres ricos derrumbarse sobre ella, hundidos en botellas de whisky - y como les odié - Por odiar sus vidas, por perderlas en este maldito bar. Esta esquina ha recogido las lagrimas de mil mujeres despechadas que sabían que era el último lugar donde sus hombres las encontrarían, he visto camellos sin un duro girando una moneda, lanzándola al aire y pidiendo suerte mientas removían el ultimo hielo de su vaso. 

Esta barra ha acunado padres, sostenido jefes, grabado amores, guardado secretos.

En esa maldita esquina quedan los modales, las lagrimas, las gracias y los sueños de aquellos que esperaban no ser encontrados nunca. Que placentera resulta la oscuridad y el ruido cuando el mundo abruma.

Otra copa.

Atiéndeme, estoy intentando decirte que mujeres mas puras se han bajado las bragas después de beberse dos copas en esta barra y personas más fuertes que tú se han derrumbado ante ella. Personas más viejas y sabias se han preguntado antes por qué cojones les pasaban estas cosas, y todos han salido por esa puerta y han sabido que hacer con sus vidas.

Así que agarrate a esta barra todo lo que quieras, este solo es un sitio maldito, como otros muchos en los que esconderte. Sigue bebiendo. Emborrachate. Haz una locura. Lo que quieras. Pero si sales de este bar vas a tener que enfrentarte al mundo y solo te quedan dos horas para cierre.

He dicho otra copa.


Y yo te he dicho que te levantes y luches y tampoco me estas haciendo ni puto caso.

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